Risa que sana, costumbre tan natural en la infancia, con el paso del tiempo parece una acción que olvidamos en la adultez. Los problemas, el trabajo y las nuevas responsabilidades, llenan el espacio que antes era ocupado por el juego y la curiosidad. En ocasiones, dejamos que un gesto adusto se apropie de nuestro rostro y la incomodidad invade nuestro cuerpo. Pero está demostrado que la risa tiene el poder de curar. Una risa completa tiene la facultad de transformar una sensación negativa, en una más llevadera y nos hace ver el mundo con una perspectiva más fresca.
Es por esa razón, que es importante la risa verdadera, la que sale desde el fondo del cuerpo y que expresa una sincera alegría, esa es la risa que sana, que libera tanto la mente como el espíritu, y para que puedas encontrar la escurridiza felicidad.
La risa es el el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano.
Marisa Acosta
"La Bruja de Cachiche"
Terapias Alternativas
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